miércoles, 28 de septiembre de 2016

Guía básica para la elaboración de proyectos audiovisuales en el aula (I)

Guía básica para la elaboración de proyectos audiovisuales en el aula (I) @ele_mentales


 
A la hora de sacar adelante un proyecto audiovisual, mucha gente se suele sentir aturdida antes de comenzar. ¿Tendré un buen equipo?, ¿sabré usarlo?, ¿merecerá la pena grabar así?, ¿qué formato uso?, ¿qué hago después con estos archivos?.
Esta inseguridad muchas veces nos lleva a no atrevernos a plantear un proyecto audiovisual por el simple hecho de pensar que “no seremos capaces de hacerlo bien”.

Esta pequeña guía tiene como objeto animaros a hacerlo, ofreciendo a la vez unos cuantos consejos básicos y efectivos para sacar adelante nuestro producto audiovisual. 
1. ¿Cómo voy a grabar si no sé / no tengo un equipo lo suficientemente bueno?
Es difícil que esta afirmación sea cierta. Hoy día todos y todas hemos grabado algo con nuestros teléfonos. 
Aunque no dispongamos más que de este elemento, ya es más que suficiente para lanzarnos a realizar obras audiovisuales.
Es mucho más importante la creatividad que el equipo del que dispongamos. Además, nuestros teléfonos son 


probablemente mejores equipos que muchos de los equipos de grabación que se han usado tradicionalmente, y desde luego, mucho más cómodos (no nos veremos obligados/as, como Orson Welles, a hacer un agujero en el suelo desde el que grabar contrapicados). 
Muchos youtubers reconocidos autoeditan sus vídeos usando sus teléfonos como equipo de grabación de video, o bien de sonido. No estar a la última tecnológicamente hablando no debería echarnos atrás. Se pueden hacer obras realmente buenas desde un elemento tan básico como el teléfono. El iPhone Film Festival, por ejemplo, es buena muestra de ello.
2. Estimula la creatividad.
Como hemos adelantado, la creatividad es la mejor herramienta de trabajo en el mundo de los audiovisuales. 
Probablemente, desarrollar esta capacidad sea uno de los aprendizajes más importantes que vamos a obtener durante el desarrollo de un proyecto audiovisual.
La idea de “estimular la creatividad” puede sonar algo abstracto y complicado de poner en práctica de manera efectiva. Si la creatividad trata de inventar soluciones novedosas ¿Cómo vamos a “programar” que esto ocurra?.
Ciertamente no podemos asegurar que siempre vayamos a ser creativos/as, pero sí podemos hacer uso de muchas técnicas y dinámicas que ayudan a estimular nuestro hemisferio cerebral derecho. Es sencillo encontrar muchos consejos y ejemplos de dinámicas en Internet. 
Además, la sinergia del trabajo en grupo siempre multiplica el desarrollo creativo, lo que redunda además en unas mejores relaciones interpresonales y una mejora en la capacidad de trabajo en equipo.
3. Organiza tu espacio de rodaje. 
Una vez hemos decidido cuál va a ser nuestro proyecto, qué es lo que queremos contar, nos toca decidir cómo vamos a hacerlo.
Es buena idea preparar algún tipo de story board para que tengamos claro qué escenas y cómo las queremos grabar.
A la hora de organizar los planos que vamos a tomar, podemos seguir un par de consejos muy simples que hagan nuestra composición más agradable estéticamente.
De manera intuitiva, tendemos a dejar aquello que consideramos relevante en el centro del cuadro. Sin embargo, otro tipo de composiciones pueden resultar más efectivas, sobre todo, cuando más de un elemento forma parte de la acción.

A la hora de preparar perspectivas, tenemos múltiples opciones más allá que la de centrar el dibujo. 
Algunos ejemplos pueden ser los siguientes:
Sin embargo, estas composiciones, aunque muy interesantes para trabajar con ellas, suelen ser también complicadas de ejecutar. 
Por su parte, la regla de los tercios, nos ofrece una distribución bastante efectiva e intuitiva.
Esta regla es simple, y nos invita a dividir el ancho y el largo del cuadro en tres partes iguales, trazando desde ellos unas líneas imaginarias. Los elementos que se encuentren colocados sobre estas líneas (nótese que estarán algo desplazados del centro), suelen contar con una fuerza expresiva mayor. De igual modo, los puntos donde se cortan estas líneas imaginarias, nos ofrecerán cuatro puntos donde cobrarán más fuerza los elementos de la imagen. 
La regla de los tercios se usa de una manera amplísima, y es un buen principio para empezar a educar nuestro ojo a una sintaxis audiovisual más estética.
Por último, otro recurso estético que podemos emplear para romper la monotonía de los planos, puede ser aquel de colocar los elementos de la acción en diferentes planos. Bien dejándolos fuera de foco (lo que está delante, o lo de atrás, se ve desenfocado, por ejemplo), bien manteniendo toda la escena en foco. Dar profundidad a nuestra imagen implica trabajar con un lenguaje audiovisual más rico, y nos obliga a realizar una planificación de la escena más afinada.
Casi la totalidad de la película De Orson Welles, ciudadano Kane, supone un buen ejemplo de este recurso de profundidad en los planos. 

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