miércoles, 5 de octubre de 2016

La foto que cambió mi carrera

7 fotos que lo cambiaron todo para Magnum

Magnum Photos cumple 68 años de trayectoria y para celebrarlo ha pedido a 50 de sus miembros que elijan “la imagen que lo cambió todo”. Cada uno ha elegido una imagen que ha supuesto un punto de inflexión en su carrera como creadores de imágenes. Hemos hecho una selección de las 7 que más nos han gustado.

Alex Webb

Alex Webb
Alex Webb, Haiti
El triste, vibrante, trágico y encantador país de Haití ha sido la clave de mi fotografía. Después de leer Los comediantes de Graham Green (que transcurre en Haití, que al mismo tiempo me aterraba y fascinaba) hice mi primer viaje en 1975. Fotografié en blanco y negro y pronto me di cuenta de que faltaba algo: no estaba capturando la sensación abrasadora de la luz y el calor –físico y quizás también metafísico- de este país, tan diferente a la gris desconfianza de Nueva Inglaterra, donde crecí.
No me ocupaba de la intensidad emocional de mi experiencia en esta tierra conflictiva. Así que cuando volví a Haiti cuatro años más tarde, decidí trabajar en color. A medida que vagaba por los pórticos del céntrico Port au Prince en 1979, recuerdo ver a este hombre con un ramo de juncos –increíblemente silueteado contra la vibrante pared roja- y justo un segundo hombre, en la sombra apareció de repente. Hice la foto y poco a poco empecé a darme cuenta de que era hora de dejar atrás el blanco y negro.

Alec Soth

Alec Soth
Alec Soth
En marzo de 1992, hice un viaje por carretera a lo largo del Mississippi con mi futura mujer Rachel y nuestra perra Tasha. Viajamos desde nuestra casa en Minneapolis a Memphis. Cada noche íbamos a la busca de un sitio discreto donde aparcar para poder dormir en nuestra furgoneta. Sacábamos todas nuestras bolsas y hacíamos una pequeña habitación. Una década más tarde, viajaría de nuevo por el Mississippi para mi primer libro, Sleeping by the Mississippi. Esta fotografía es como mirar a la semilla de la que brotó todo ese trabajo.

Chien-Chi Chang

Chien-Chi Chang
Chien-Chi Chang

Esta codiciada profesión es propensa a todo tipo de peligros inesperados. Algunos naturales: un traspié seguido de una caída por un barranco. Algunos políticos: alguna detención ocasional en la cárcel. Algunos personales: un colapso de agotamiento en un baño solitario de Nueva Zelanda. La lista continúa y estos percances se pueden considerar los normales, desafortunadas consecuencias de esta profesión. Pero el daño real, descubrí que estaba en casa, donde un matrimonio había muerto.

Alex Majoli

Alex Majoli
Alex Majoli
Hace mucho tiempo, cuando murió mi abuela, quise llevarle a su tumba algo más que las típicas flores, algo que me importaba en una época en la que acababa de descubrir lo que quería hacer con mi vida: ser fotógrafo. Así que llevé una copia de una fotografía de la que estaba orgulloso –una foto que le hice a mi primo desnudo cuando tenía unos quince años, en 1986. Me sentía bien con ese gesto. Pero, unas semanas después, oí que algunos familiares estaban molestos porque alguien había dejado una fotografía de un desnudo en la tumba de mi abuela, y que se había abierto una investigación. No sabía qué hacer, así que le dije a mi madre que había sido yo. Fue un enorme malentendido. Pero a día de hoy me gusta esta fotografía. Esa experiencia me enseñó algo sobre el impredecible poder de una fotografía. Cuando dejé la fotografía en la tumba de mi abuela, lo hice con buena intención y el gesto significaba algo muy concreto y personal para mí. Pero luego, una vez que la fotografía salió de mis manos y entró en el mundo, me di cuenta de que mis intenciones eran irrelevantes. El poder de la fotografía tomó una vida completamente nueva fuera de mi control.

Michael Christopher Brown


Michael Christopher Brown
Michael Christopher Brown
Esta fotografía la hice con un móvil fuera de una tienda de libros de Pekín en 2010. Vivía en China, haciendo viajes por carretera en mi furgoneta Jinbei. La experiencia y la novedad del teléfono eran emocionantes, pero no sabía que el teléfono me permitiera cambiar –de alguien que era utilizado por la fotografía a alguien que utilizaba la fotografía. Sin bolsas de equipo y el bagaje e historia del proceso fotográfico, era capaz de olvidarme de la fotografía y centrarme simplemente en la experiencia. En ese momento descubrí lo que necesitaba contar.

Peter Marlow


Peter Marlow
Peter Marlow. Aguas termales naturales en Kawayu. Japón, 1998.
Una mañana muy temprano de 2000, me arrastró fuera de la cama mi guía japonés, el increíblemente paciente Ito Kadowaki, que me condujo a través de este confuso y fascinante país. Anduvimos hasta el río, nos quitamos toda la ropa y nos hicimos camino hasta aguas termales que brotaban del centro de la corriente. Estaba en un punto de mi carrera en el que estaba aprendiendo que no necesitaba acontecimientos a los que dirigir mis fotografías. Fotografía y autoría se basan mucho en la confianza y yo comenzaba a comprender que podía ser menos intrusivo, dejar que las situaciones surgieran y ver fotografías en lo ordinario, en los momentos intermedios. Este momento en particular fue increíble: la niebla, el calor y el frío en el mismo lugar. Hacer una fotografía de mis pies es exactamente lo que conservo de esa experiencia. Ser fotoperiodista en esa situación no parecía lo correcto, y simplemente intenté mostrar mi propia experiencia pasando a ser parte de la fotografía. Hice lo que pude por mantener mi cámara telemétrica fuera del agua y simplemente echarme hacia atrás tranquilo, relajado y fotografiar mis pies.
En definitiva, intento que las fotos ocurran porque ahora tengo la confianza de que siempre lo harán. ¿Puede ser más sencillo?

Jacob Aue Sobol

Jacob Aue Sobol
Jacob Aue Sobol, Tiniteqilaaq, Groenlandia, 2001.
¿La foto que lo cambió todo? Cuando me enamoré de Sabine y me enseñó a bailar. Después de ese momento, dejé de hacer fotos para probar algo o ser atrevido. Después de ese momento, empecé a bailar. Sabine se había pintado los labios, se puso tacones y un vestido de lunares. Era el bautizo del primer bebé de su hermana. ‘Pegeeraava, ¿estoy guapa?’ me preguntó Sabine. Se levantó la falda enseñando sus bragas de estrellas y sus medias llenas de carreras. ‘Lorunaraalid. Estás preciosa’, le dije, cogiéndola y empezando a bailar. A menudo he mirado a Sabine bailar en salas de fiestas sin querer que yo me uniera. Pero ahora estábamos solos en casa de su tío, yo me entregué a los dos, al baile y a Sabine. Bailamos sobre las mesas, sillas y colchón. Cada vez más salvajes. A través de la ventana abierta podíamos escuchar el repiqueteo de las campanas de la iglesia pero Sabine insistía: “Aamma, aamma, gilinnermud ilinniardiiatsiikkid! ‘¡Más, más, deja que te enseñe a bailar!”
Todos los textos los hemos sacado de la web de Magnum Photos, donde podéis encontrarlos en inglés con las otras 43 fotografías que conmemoran este aniversario. Nos encantaría saber cuál es tu favorita, la que te ha movido más y con la que te sientes más identificado. Si  no está en nuestra lista, déjalo en los comentarios.

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